«Los silbidos de Dios» son toques de Dios dirigidos al corazón, donde el interior se conmueve y lo expresa a través de una oración. Al hablar de métodos, uno de ellos es la "oración escrita", donde se recogen pensamientos, sentimientos, meditaciones, contemplaciones recogidas sobre el papel, en medio de la noche, cuando el Señor nos despierta para estar con Él. En el silencio todo es más profundo, más divino, todo es concentración en el amor donde el orante habla a Dios y Dios le responde. Lo que queda escrito pertenece al pasado pero al mismo tiempo es actualidad, porque Dios sigue hablando a los hombres y lo que me dice a mí también puede decírtelo a ti. Basta estar atentos, escuchar contemplativamente, esperar sin prisas, dejar que el Espíritu mueva nuestro interior, entones brota la oración. Estas páginas son frutos de varios años, y sobre todo de noches prolongadas donde se vive la gracia de la luz, donde la oscuridad queda iluminada porque Dios se hace presente. El misterio se nos revela y el gozo del alma nos llega. Ya sólo nos queda disfrutar del momento presente en que Dios se nos da, a veces con lágrimas de alegría, a veces con lágrimas de dolor, a veces con una suave sonrisa, lo único que podía decir es que Dios estaba allí.