El Señor Resucitado, que reina a la diestra del Padre, es el mismo que lavó los pies a sus discípulos y se reveló como el siervo que da la vida por sus amigos, obediente hasta la muerte de cruz. Es el mismo que mostró su preferencia por los pobres y oprimidos, con quienes se identificó. Y es también el mismo que trató con cariño y respeto a las mujeres discriminadas de su tiempo, proclamando su plena dignidad de hijas de Dios y ciudadanas del Reino. En estas páginas se intenta, a través de la poesía, el arte y la teología, ayudar a contemplar el amoroso misterio que el encuentro de Jesús con las mujeres de su tiempo significa para la mujer de todo tiempo y lugar y, a través de ellas, para toda la Iglesia y la humanidad entera. Es un libro más para ser rezado que leído. El lector podrá entrar en la oración, ya sea contemplando los dibujos del artista, ya sea repitiendo interiormente los poemas y salmos, ya sea reflexionando a partir del texto teológico. Lo importante es entrar en la escena, tomar parte en el encuentro de Jesús con esas mujeres y abrirse para que él pueda encontrar a quien lo busca en estas páginas.