"Ante las preguntas que despiertan los grupos de religiosos insertados entre los oprimidos de nuestro continente, ante los recelos de ciertos sectores de la Iglesia, y por la necesidad de aclarar nuestro propio camino, intentamos hoy -dice el autor en su Introducción- una reflexión hecha no sólo 'sobre' estos grupos, sino 'con' los elementos que la misma experiencia va proporcionando... ...Uno se pregunta también, con los que dudan del buen sentido de todo este proyecto, si se salvan los grandes valores tradicionales de la vida religiosa. Pero no sólo en el sentido del que recibió un denario y lo escondió para guardarlo, sino del que lo arriesgó. Nadie tan interesado en hacerse con seriedad esta pregunta como nosotros mismos, pues es el proyecto de nuestra vida religiosa lo que está en juego... ...No se trata de ver si se salva tal o cual aspecto particular, como el 'testimonio de probreza'... Cuando hablamos de vida religiosa, hablamos de una totalidad, de una vida, y no podemos seleccionar unos aspectos y dejar fuera otros. Sería una nueva prestración, una respuesta parcial sólo a preguntas, aspiraciones, inquietudes personales, que tarde o temprano mostraría la incoherencia del proyecto en su totalidad. Al cuestionarnos sobre la necesidad de elaborar una espiritualidad de todo este camino, nos preguntamos por la síntesis de elementos difíciles que no se pueden realizar todos desde el comienzo, aceptando la incoherencia de todos los que caminan, pues no se puede tener 'bien puestos los pies sobre la tierra' si queremos caminar. Sin embargo, al hacerse itinerante, la vida religiosa no puede ir hacia cualquier parte ni tomar cualquier camino... El caminar tiene también sus leyes de caminante y no de sedentario".