Al abordar en este libro la cuestión del divorcio, afrontamos uno de los temas que mayor controversia social ha suscitado en los tiempos modernos, junto con el aborto. A lo largo de la historia ha habido sus altos y sus bajos. Pero desde que el cristianismo irrumpiera en el mundo, la cultura se fue transformando gradualmente. Así llegamos a un momento social en el que el matrimonio monogámico marcó una fuerte impronta cultural. Matrimonio caracterizado por la unidad e indisolubilidad. No obstante, con la modernidad y, sobre todo, con el proceso de gradual secularización de la sociedad, se fue difuminando la conciencia sobre la verdad del matrimonio. El divorcio se abrió paso en la sociedad, siendo reconocido jurídicamente. Esto ha llegado a ser una nota de nuestro tiempo, hasta el punto que podríamos afirmar-, actualmente, el divorcio goza de carta de ciudadanía en la mayoría de las naciones, especialmente de nuestro entorno cultural y democrático. Teniendo presente esta realidad, nos preguntamos si el divorcio está en consonancia con la verdadera naturaleza del amor conyugal y con lo que constituye, propiamente hablando, un matrimonio. En este sentido no vemos que el divorcio haga honor a la verdadera índole del Derecho (tal como estipula la ley natural) ni de la democracia. Teniendo presente su influjo y repercusión en la vida social, consideramos que el divorcio es un factor de gran pérdida de valores, además de originar inestabilidad en todos los niveles: personal, conyugal, familiar, social Quizá muchos de los males que aquejan a nuestra sociedad tengan su raíz en el mismo, por lo menos en parte. Considerando cómo el divorcio que pretende ser una solución a un problema conyugal, ante una fuerte crisis- incide tan fuertemente en la vida de las personas (está demostrado que es un factor que produce neurosis, desequilibrios psíquicos y afectivos, tabaquismo, drogadicción, suicidio, además de su repercusión sobre los hijos), más bien es factor de nuevos y complejos problemas. Por otra parte, y sin olvidar cuanto significa a nivel moral, precisamente en orden a evitar esos males, hemos tenido la audacia de proponer a los esposos algunos caminos a recorrer, para evitar la ruptura matrimonial. También algunas soluciones a los males que conlleva, incluso a nivel religioso. Esperamos que, a lo largo de estas páginas, el lector/a pueda encontrar puntos para la reflexión. Quizá, también, para la revisión de vida. Y que esto mismo, sirva para tomar aliento y esperanza ante las vicisitudes de la vida. Queremos y auguramos una mayor felicidad para los esposos y las familias. También una sociedad más digna del hombre.