Estas reflexiones abordan diversos aspectos de la vida buscando en ellas las huellas y la presencia de Dios, de su Espíritu que siempre suscita vida, fuerza, entusiasmo y, sobre todo, compromiso. Porque eso es la vida cristiana: el amor de Dios que se recibe y la respuesta humana a ese amor, que se da amando efectivamente a los demás y comprometiéndonos con la historia que vivimos. Aunque algunos temas se agrupan, en realidad la mayoría de las reflexiones son únicas porque el objetivo no es tratar temas, ni desarrollar contenidos, sino compartir lo que el Espíritu suscita cuando se contempla un aspecto de la realidad, o se piensa en un acontecimiento o se lee la Palabra divina. Son invitaciones a encontrar las huellas de Dios presentes en todo lo que vivimos y a motivarnos, una y otra vez, en el seguimiento del Señor que un día emprendimos y en la vitalidad de la vida cristiana que intentamos vivir.