El hombre ha dejado de oír a Dios con la brisa del día, y desde entonces es arrastrado por el estruendo del mundo. El alma humana no se mantiene fiel a Dios. Pero Dios la lleva al desierto, donde la conquistará con su misericordia y le renovará todas las promesas mesiánicas. Este libro recoge breves meditaciones a partir de pasajes evangélicos. Páginas intensas sobre el amor cristiano, el perdón, la búsqueda de Dios, el amor al prójimo, la pureza del corazón, la caridad, la soledad, la fe El autor nos invita a detenernos un poco para encontrar a Dios y, sobre todo, sentirlo en medio del bullicio de nuestra vida. Poco antes de morir le confió a un allegado: «Toda mi vida he buscado el rostro de Jesús. Ahora estoy feliz y sereno porque voy a su encuentro».