Durante mucho tiempo nadie creyó que Dios hubiera elegido a esta sencilla mujer para ser la mensajera de la Divina Misericordia. Pasó por momentos de oscuridad, se sintió abandonada de Dios, totalmente sola. Vio a Jesús con sus ojos y habló con Él. «Tu prepararás el mundo para mi última venida» - le dijo. ¿Cómo podría hacerlo? Tuvo visiones místicas del infierno y de su propia canonización. La Iglesia tardó en valorar la importancia de su mensaje, pero finalmente se difundió por todo el mundo, tal y como el Señor quería. No es coincidencia que el Papa Francisco haya decretado el 27 de abril de 2014 como fecha de canonización de Juan Pablo II y de Juan XXIII. Este día, segundo Domingo de Pascua y Domingo de la Divina Misericordia, se conmemora una fiesta que fue instituida por el propio Pontífice polaco, coincidiendo con la canonización de Santa Faustina el 30 de abril del 2000. Ewa K. Czaczkowska es periodista del diario Rzeczpospolita y doctora en historia. El presente libro ganó el premio Feniks 2013 de la Asociación de Editores Católicos de Polonia.