Información Extra
¿Por qué leer hoy estas biografías edificantes?
Antes de nada, porque son un precioso documento de vida, un discurso de Don Bosco sobre la experiencia de los tres protagonistas. A través de ellas podemos acceder a sus preocupaciones, entender cuánta confianza ponía él en
los recursos del ánimo juvenil.
Porque son el espejo de un humanismo educativo pleno que hoy vale la pena reconsiderar. En su sencillez, restauran un aire moral, un entusiasmo educativo y una tensión pastoral, de cuya contemplación tenemos mucho que aprender.
¿Cómo leerlas?
Con afecto, con curiosidad y con respeto.
Con apertura mental, con atención y con sensibilidad. La apertura mental es ante todo honradez intelectual y abandono de cualquier prejuicio; la atención implica un estudio cuidadoso del texto, de su organización, de sus posibles niveles de lectura, de sus alusiones; la sensibilidad se traduce en el esfuerzo por un acercamiento empático a los personajes.
Las Vidas no son solo monumentos a la adolescencia del tiempo pasado: constituyen una mediación eficaz para entrar en ese mundo conducidos por la mano del narrador y dejarnos instruir por él.