En dedicatoria al lector, Isabel Agüera dice: «No busques en esta obra un tratado de psicología de los que hay tantos y tan excelentes en el mercado. Lee, explora a modo de curiosidad en este sencillo libro y puede que descubras algún provecho para vivir mejor tus complejas cotidianidades desde el panorama que te ofrezco y que no es otro que mi propio paisaje interior con sus luces y sombras. En definitiva, puede que aprendas a solucionar por ti mismo depresiones, angustias, fobias... porque, como dice Aristóteles, bastarse a sí mismo es una forma de felicidad». En la presente obra, la autora, con valentía y generosidad, nos pone al descubierto sus experiencias más íntimas y prácticas en la línea de una autoayuda eficaz, sencilla, «de andar por casa», lejos de la insaciable búsqueda de remedios ajenos a lo que nos es más inmediato y urgente: salir al paso de nuestras muchas limitaciones, hijas, en su mayoría, de una sociedad que genera un imparable autismo. Parafraseando a Shakespeare dice la autora tenemos que concluir: El asbio, si bien tiene problemas, dudas, dolores... no se sienta a contemplarlos y lamentarse pro ellos eternamente. Una vez qeu los ha contemplado, se pone manos a la obra, bien para reparar, bien para crear; siempre para seguir caminando. En definitiva, estamos ante un libro práctico, indispensable para entendernos mejor, para coger las riendas de nuestras vidas y aprender que para ser felices nos basta con un poco de cielo azul encima de nuestras cabezas, un vientecillo tibio y la paz del espíritu.