Las Semanas Santas ofrecen un horizonte muy complejo de expresiones artísticas y rituales. Y, por lo tanto, también de significados. A partir de unas creencias religiosas básicas, ha desarrollado, durante siglos, propuestas relativamente autónomas de penitencia y de proclamación triunfal de la fe, pero, también, maneras de apropiarse del espacio público, de representar y de integrar a las comunidades que, con sus peculiaridades festivas, mostraban sus anhelos y críticas a lo existente y la esperanza de mundos mejores. Por eso menudean los ejemplos de conflicto con los poderes y las ortodoxias. En ese conjunto de fenómenos que no hay porqué enfrentar la pretensión de belleza es una constante. Belleza cambiante, extraña a veces, complicada de aceptar cuando ha viajado por siglos. De todo esto trata este libro, que reúne una amplia colección de fotografías de muchas procedencias, así como una recopilación de textos que intentan sumar lo analítico a la narración de hechos, tradiciones y ceremonias que no siempre se acomodan a lo imaginado o esperado.