La santidad no es algo reservado a unas cuantas personas que idealizamos y que, en apariencia, jamás tienen dificultades en sus vidas, ni se equivocan nunca. Eso no es real. La santidad es para ti y es para mí. ¡Estamos llamados a ser luz en medio del mundo! ¡Arder! ¡Arder! ¡Arder! ¡La santidad es arder! ¡Y tiene que ser pronto y definitivo! Las medias tintas no valen para nada: o santos o mediocres. No hay más. ¡Solo la llama de Dios traerá la luz a las tinieblas! En estas páginas lo que te propongo es que seas revolucionario. ¿Cómo? Eligiendo ser santo. Créeme, es lo mejor que nadie te ha propuesto jamás. Tú y yo estamos llamados a la santidad y a poner lo que falta de Dios en el lugar y el tiempo en el que vivimos. Pregúntate qué es lo que falta de esperanza, de fe y de caridad en el entorno que te rodea. ¿Qué falta de Dios en tu familia, en tus amigos, en tu lugar de estudio, en tu trabajo, en tu grupo de la parroquia? Seguro que se te ocurren muchas cosas pequeñas y muy concretas. Ponlas con actos sencillos de amor y estarás haciéndote santo. Así de sencillo y así de precioso es. La santidad no es que merezca la pena, ¡es que merece la vida entera! Patxi Bronchalo en un joven sacerdote de la Diócesis de Getafe, muy activo en Youtube y en RRSS. Afirma convencido que "el corazón de las personas jóvenes está muy bien hecho", lleno de grandes anhelos y deseos de cosas buenas, bellas y verdaderas. Pero también tienen heridas muy profundas en el alma, preguntas sin respuesta, vacíos, bajones y sinsentidos, a los que necesitan dar una explicación. Eso le ha llevado a escribir estas páginas para mostrarles cómo Dios da sentido y respuesta a todo aquello que no entienden y que les hace sufrir. Partiendo de la tesis de que "el corazón es un puzle que necesita una pieza clave para ordenarse, Jesucristo", el Padre Bronchalo aborda los grandes interrogantes del ser humano: "¿tiene sentido vivir?, ¿es posible ser feliz?, ¿por qué sufrimos y hay mal en el mundo?, ¿qué es el amor?, ¿podemos estar seguros de la existencia de Dios?, ¿realmente somos libres?...". A partir de ahí, propone a los jóvenes un modo alternativo de vivir, contra corriente, porque cree firmemente que darles la oportunidad de ser los verdaderos protagonistas de sus vidas, sabiendo quiénes son y adónde van, es la mejor manera de que sean felices... y santos.