San Agustín de Hipona, del que nos separan más de quince siglos sigue siendo actulísimo, porque reflejan sus escritos lo más íntimo de la vida del hombre, que siempre es el mismo. Un hombre experto en retórica, que hace de sus lectura una delicia. Un hombre que luchó contra Dios hasta que se convirtió plenamente a Él, lo que hace que muchos se vean en su ir y venir del mundo a Dios y de Dios al mundo. San Agustín, Padre y Doctor de la Iglesia, bien podría parecer un hombre de anteayer, que habla al corazón del hombre de hoy y de mañana.