En este espacio se comparten dos disciplinas tan diferentes como la meditación y el arte. Aquí confluyen la Palabra de Dios, Jesucristo, su Madre María y la fe. Que es lo que caracteriza la oración del Santo Rosario. «Qué pocas veces pensamos, por ejemplo, en que el Rosario que se reza diariamente en muchas de nuestras parroquias es también una oración bíblica. Sí, ¿o acaso no es Palabra de Dios el Padrenuestro, o gran parte del Avemaría? ¿O no lo son, también, los misterios que se contemplan? Tan solo con hacer una buena lectura de los textos del Evangelio, que nutren y dan sentido al Rosario, ya estaríamos contribuyendo a una buena presencia de la Palabra en un acto diario de la parroquia» (Quique Fernández, La Biblia compartida, San Pablo, Madrid 2012). Cualquiera de las dos opciones que se barajaron en un principio para la preparación del libro (la meditación y el arte), hubiese dado de sí lo suficiente para poder presentarse sin la otra opción. Se podrían haber concebido una colección de meditaciones bíblicas sobre los Misterios del Rosario. A partir de los pasajes bíblicos seguro que se hubiesen puesto imágenes a las palabras. Y también podrían haber propuesto solo las imágenes de los cuadros, sin meditaciones escritas, porque seguro que por sí mismas hubiesen ayudado a recrear los pasajes y meditar. Cada una de las dimensiones, pues, desde su especialización hubiese podido resultar provechosa. Unidad entre las imágenes y el escrito Y sin embargo, bendita la confluencia que permite, por un lado, ofrecer lo específico, característico, singular de cada uno, pero que a la vez permite ahondar, profundizar, descubrir el terreno común, de intersección. En esa aventura es en la que se vieron embarcados los autores de este proyecto: ROSARIUM, que junto a la pintora Beatriz de Colmenares, ofrecen como resultado un libro muy hermoso, que nos ayudará a rezar el Rosario de una manera nueva, más profunda y evangélica.