En un momento de desconcierto (posguerra de 1918), Romano Guardini (1885-1968) movilizó sus excelentes dotes de pedagogo y escritor para hallar un método sugestivo de exposición de la vida espiritual católica. A fin de evangelizar la cultura hasta las raíces, promovió la vida espiritual en todos sus aspectos: litúrgico, sacramental, eclesial, y se convirtió en un defensor de la verdad y un maestro de oración. Sus escritos nos ayudan hoy a entusiasmarnos con la figura de Jesucristo, asumir las grandes posibilidades de vida que la fe nos otorga y dar razón de la misma.