Información Extra
Nos pasamos el tiempo de oración tantas veces pidiendo a Dios que nos eche una mano. Queremos que Dios arregle el mundo, que todo marche de maravilla. En fin, que haga nuestra voluntad. Y en parte tenemos razón, porque somos pobres mendigos siempre necesitados. Pero no debemos olvidar que Dios también nos necesita y nos pide que le ¿echemos una mano? Dios actúa a través de nosotros, como lo hizo a través de Jesús, el mismo Jesús que nos encargó continuar su obra, hacer lo que Él hacía, construir su Reino. Estamos en las manos de Dios, y Él en las nuestras (¡terrible y grandioso misterio de su voluntad!). Nada se realiza ni acontece sin esta magnífica colaboración iniciada en la Encarnación de Dios (Jesús), y que se consumará en el fin de los tiempos, cuando Él venga y haga nuevas todas las cosas.