El médico trata de eliminar el dolor físico. ¿Debería el psicólogo hacer todo lo posible por librar a sus pacientes de ese dolor moral que es el sentimiento de culpa? ¿No habrá que considerar los sentimientos de culpa como restos de épocas anteriores y, por tanto, como emociones imperfectas que sería mejor ir desterrando de la conciencia del hombre actual? ¿Sirven para algo tales sentimientos? ¿Son todos igualmente inútiles? ¿Hay sentmientos de culpa sanos que nos pueden ayudar en nuestrso crecimiento personal? ¿Cómo distinguir los postitivos de los morbosos e ineficaces? Por otra parte ¿qué sentido tienen los sentmientos de culpa en una sociedad manipulada por instancias externas, dirigida por los medios de comunicación y la tecnología, en la que los indviduos tienen la sensación de no decidir nada en sus vidas y, en consecuencia, de no sentirse responsables o culpables de cuando algo va mal? Este libro pretende ser una ayuda para que el lector encuentre por sí mismo las respuestas a estas preguntas, dando así con su propia senda personal. El análisis psicológico de la culpabilidad y la valoración tanto de su normalidad como de su patología permitirán descubrir cuándo los sentimientos de culpa sanos constituyen una alarma que puede ser útil para no perder el rumbo del propio crecimiento personal