Dejando la ventana, mis ojos se posaron en la cruz que tenía sobre la mesita de noche, y sentí como una voz que me decía: «Ven y sígueme». Había oído estas palabras unas semanas antes mientras el sacerdote leía el evangelio dominical. Y ahora, en mi corazón, resonaban dirigidas a mí. Me invadió un sentimiento de temor y confusión. ¿Qué signifi caba esta experiencia? Mi mirada se encontró de nuevo con el rostro sereno de Jesús crucifi cado. Una alegría inexplicable recorrió mis venas y comprendí que mi nombre iba ligado a la persona de Jesús. Me llamaba a ser transparencia de su luz. La claridad de mi nombre, Clara, sólo sería realidad si dejaba pasar la claridad del amor de Dios a través de mi vida. En aquella tarde inolvidable se despertó en mí una búsqueda activa para situarme en el mundo de una manera diferente. El Evangelio vivido con radicalidad sería el horizonte último de mi existencia (Me llamo Clara de Asís, pág. 17) Me llamo Clara de Asís nos acerca, con un estilo narrativo sencillo, al corazón de santa Clara. No se trata de una biogra..ía detallada, ni de un tratado de espiritualidad franciscana; más bien quiere ser una aproximación cordial a la santa de ayer capaz de dialogar con nosotros hoy, en el marco de la celebración del VIII Centenario de la fundación de la Orden de Sata Clara (1212). La autora, cautivada por la figura de Clara, ofrece algunos rasgos de la exquisita personalidad de la santa y sugiere un itinerario espiritual siguiendo sus pasos por la senda de la bienaventuranza, gozosa y alegre. Gadi Bosch Pons, (Ciutadella - Menorca, 1959), es desde 1980 hermana clarisa en el Monasterio de Santa Clara de esa misma localidad.