La colección de clásicos que Rosa Navarro Durán acerca a los niños, adecuando el lenguaje a lo que conviene a esas edades, sigue creciendo. Esta vez la obra elegida ha sido la mejor de entre las de Gonzalo de Berceo. El original consta de 25 milagros. Rosa ha elegido los quince que mejor van a los niños de esas edades. La editorial, como tiene por costumbre con estas obras, la ha encuadernado primorosamente, con lo que puede darse por muy posible que cuando los niños lleguen a mayores sigan conservando estos libros de la infancia que les hicieron aficionarse por la literatura. El libro comienza con un prólogo bellísimo, en el que habla de un verde prado lleno de flores que olían muy bien, árboles frutales con toda la fruta sana, y cuatro fuentes de agua limpísima. Explica que significa cada cosa, las cuatro fuentes son los cuatro evangelios y a continuación pasa a relatar los milagros. Milagros de Nuestra Señora fue escrito hacia 1260. La intencionalidad del autor es clara, intenta fomentar la devoción a la Virgen María. Hay varios tipos de historias o milagros. La Virgen siempre ayuda a quienes recurren a ella, incluso salva a quienes están ya a las puertas del infierno y con todo perdido le suplican. Pero también saca su genio a veces y la emprende a palos con el diablo. O se enfada con los religiosos que no han cumplido bien sus cometidos. Las obras no fueron producto de la imaginación de Gonzalo de Berceo, sino que se basó en unas colecciones de milagros marianos en latín, de la Biblioteca de Copenhague, que circulaban en el siglo XIII, en el que el fervor mariano era común en toda Europa. Rosa Navarro Durán es experta en los clásicos y gran conocedora de los niños, a los que sabe como cautivar. Esta es una nueva prueba de ello.