Fueron once los obispos asesinados en 1936: los de Singüeza, Lérida, Cuenca, Segorbe, Barbastro, Jaén, auxiliar de Tarragona, Ciudad Real, Guadix, Almería y Barcelona. Otro más, el de Teruel, daría también su vida por Cristo y por la Iglesia en 1939. Este libro es el primero que recoge juntas las imágenes y las biografías de todos ellos. Las imágenes son reproducción de los oleos sobre tabla que ha pintado Nati Cañada: una hermosa colección de retratos instalada en la Conferencia Episcopal Española. Las reseñas biográficas de María Encarnación González ofrecen una lograda visión sintética de la peripecia martirial y de la vida de cada uno de los doce obispos mártires. Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid explica en el prólogo que el martirio de os obispos forma parte de la gran persecución del cristianismo desatada en el siglo XX en Europa por las modernas ideologías ateas.