La meditación, tradicionalmente oriental, cuando es trasladada al cristianismo adquiere una nueva profundidad convirtiéndose en algo vivo y vivificante, no sólo como teoría, sino experimentado en carne y hueso. La persona que se oculta tras las palabras de esta obra, puede llegar a convertirse, a través de sus líneas, en ese maestro espiritual que todos buscamos y que tan difícil es encontrar en Occidente. Estas dos obras que se complementan mutuamente, La nube del no-saber y El libro de la orientación particular, escritas en el s. XIV, proporcionan al lector una experiencia auténticamente contemplativa. Ambos escritos, de gran belleza en su estilo y en su mensaje, son dos tratados eminentemente prácticos. Su autor es un místico inglés anónimo, teólogo y director de almas, situado en plena corriente de la tradición espiritual de Occidente que es de esperar se convierta en un verdadero guía para muchos que hoy intentan el camino a lo profundo para encontrarse con Dios.