Por muy absurdas que nos puedan parecer ciertas historias, no dejan de tener todos los visos de ser ciertas si se hubieran dado las circunstancias adecuadas para ello. Una decisión en el último momento, o un desafortunado golpe de suerte, puede cambiar el curso natural de una vida, y más en unos tiempos tan convulsos como fueron los del año 1936. La tensión que reinaba en el ambiente podía cortar el aire como se decía, la agitación se palpaba en las calles con el fragor de fondo de una España revolucionada, donde mandaba quien empuñaba un arma. En esta novela de Diego Ceano, tendremos constancia de la existencia de una remota (aunque no imposible) posibilidad de que Federico García Lorca no hubiera encontrado su fin de la forma que todos conocemos. Nuestro protagonista no se libró del temido paseíllo, aunque aquella noche sucedió algo que, tal vez, hubiera escrito la historia de otra manera. Con esta obra está asegurada la intriga y el desconcierto desde la primera página, hasta el punto, de que todos desearemos de alguna manera, que esta haya sido la verdadera historia de la vida de uno de los más grandes autores de la Generación del 27.