P. pidlík, usted ha escrito muchos libros y artículos en su vida, pero nunca ha dedicado uno solamente a la Virgen, ¿cómo es posible? A los pocos meses me hacía llegar el libro que tienes, lector, en tus manos y que traduje enseguida con sumo gusto. Soy muy feliz de haber «arrancado» a este hombre de Dios la joya mariana que ahora te dispones a leer De la presentación de Pablo Cervera Mucho se ha escrito sobre la Virgen a lo largo de la historia, aunque la mayor parte de los cristianos la conocen por las devociones y oraciones que se dirigen a ella. La vida de María solo ocupa unas pocas líneas en el Evangelio, pero llenas de significado interior: fundada teológicamente, es el tejido de la fe de la Iglesia y se corresponde con las principales líneas del dogma y de la espiritualidad. Cuando la Iglesia venera la humanidad de Cristo, ve esa humanidad en María, de quien la recibió. Ella representa a todo el género humano, es la imagen del hombre perfectamente redimido por Cristo. Quien quiera conocer cuál es el efecto de la redención, que mire a María, la llena de gracia. Para este librito hemos escogido el siguiente método: resumir la enseñanza eclesial sobre María proponiéndola como meditación de las tres oraciones principales: el Avemaría, el Magníficat y la Salve Regina. A MODO DE PRESENTACIÓN Nunca dejamos de descubrir, entender y experimentar cosas nuevas. Y puedo decir que esto me ha sucedido en mi trato y contacto con el P. pidlík, Aconsejado por un amigo, me inscribí en su curso de Espiritualidad del Oriente Cristiano del Pontificio Instituto Oriental de Roma, al tiempo que hacia mis estudios teológicos en la Universidad Gregoriana. No quedé defraudado. Llegábamos corriendo de una universidad a otra (en los 15 minutos que mediaban de descanso entre una clase y otra), casi sudando. Después de 25 años todavía lo tengo muy vivo. Una vez que tomábamos asiento el gozo de las clases era inmenso. Eso sí que era escuela (scholé, que en griego significa ocio). Estábamos ante un sabio que, además de erudito inagotable, iba a lo esencial de los temas acercándonos la inmensa sabiduría sobre el Oriente cristiano. Y todo bien aderezado con un humor también casi inagotable. Eran los años en que Juan Pablo II no dejaba de hablar de la «Europa de los dos pulmones». A decir verdad, para los más occidentales de Europa, es decir, los españoles, el Oriente quedaba un poco lejos. Sin embargo, los años me han hecho descubrir la gran capacidad generadora que puede aportar al occidente racionalista y secularizado toda esa dogmática viva, espiritual, que vive el Oriente. Del P. pidlík he aprendido mucho en mi vida y no precisamente de modo principal en las aulas. Aquello fue un aperitivo para la vida. Con él y con todo el equipo del Centro Aletti, esa gran familia de relaciones humanas basadas en la caridad y amor cristiano, me he adentrado más y más en el misterio de las relaciones divinas de amor en Dios, del cual y de las cuales somos imagen y semejanza. En realidad, la nueva evangelización será el resultado de poner al descubierto todas esas relaciones de amor y amistad que se van tejiendo a lo largo de la vida. Todo hombre de Dios es un regalo y el P. pidlík fue un inmenso don mientras vivió, y no menor ahora cuando él ya ha alcanzado la meta. En una de mis estancias en el Centro Aletti, quise tomarle el pelo y meterme con él, con todo el respeto y veneración que siempre le profesé: «P. pidlík, usted ha escrito muchos libros y artículos en su vida, pero nunca ha dedicado uno solamente a la Virgen, come mai (cómo es posible)?» No medió palabra. A los pocos meses me hacían llegar el libro que tienes, lector, en tus manos y que traduje enseguida con sumo gusto. Así ves que la gestación de los libros tiene orígenes y causas muy diversas. Soy muy feliz de haber «arrancado» a este hombre de Dios la joya mariana que ahora te dispones a leer. Sencilla y original «mariología» basada en el comentario de las oraciones marianas más comunes y excelsas: el Ave María, el Magníficat y la Salve Regina. Seguro que la lectura aprovechará tu «inteligencia» de la Madre de Dios, pero tal como la promovió nuestro autor: la inteligencia del amor que siempre desarrolló el P. pidlik en su obra teológica, en este caso, inteligencia de amor ardiente hacia la que nos dio al Salvador del mundo. Pablo Cervera Barranco EL AUTOR Tomá pidlík, jesuita, nacido en 1919 en Moravia (República Checa), realizó estudios de filosofía y teología en diversas universidades europeas. Profesor emérito del Pontificio Instituto Oriental, desde 1991 vivió y trabajó en el Centro Aletti. En la Cuaresma de 1995 fue llamado a predicar los ejercicios al Santo Padre. Es conocido y apreciado en todo el mundo como es-tudioso de teología espiritual patrística y oriental. Fue creado cardenal por Juan Pablo II en 2003 y falleció en Roma el 16 de abril de 2010. Está enterrado en Velehrad (Moravia) junto a los santos Cirilo y Metodio.