La regla de San Benito es un apoyo para que vivamos de acuerdo a la Escritura. Todas sus páginas contienen citas de la Biblia o alusiones a ella, están impregnadas del lenguaje y las imágenes bíblicas, en todas se percibe el eco y el sabor de la Escritura, ya que el objetivo de San Benito era que la Escritura se convirtiera en una experiencia viva en su comunidad. El capítulo séptimo de su Regla nos introduce en algo fundamental en el discípulo de Cristo: la humildad, que el padre de monjes trata con todo detalle, y nos muestra como no es sinónimo de debilidad incapacidad, O falta de personalidad Por el contrario, la humildad derivada del humus en la Regla benedictina surgiere que deberíamos estar profundamente arraigados en la verdad de nuestra condición humana, y desde ella entra en la senda de liberación del propio yo, de las propias voluntades, obstáculo para una relación libre y abierta con Dios y los hermanos.