Es frecuente oír comentarios sobre la importancia de tener experiencias. Cuando aparece en plural, la intencionalidad de quien utiliza el término es la de experimentar nuevas sensaciones que lleven al individuo a conocer reacciones extremas de su organismo. Sin embargo es difícil encontrar que se hable de la experiencia más completa y necesaria para el ser humano, la experiencia de encontrarse con Dios y captar su amor. Es evidente que esto puede ocurrir en muchas circunstancias, pero en el libro se nos propone el captar cómo en la vida cotidiana de la familia se puede encontrar a Dios, que es el Amor, siempre que ésta viva desde, en, por el amor. Esta es la idea por la que habla de la experiencia del Amor. Para conseguirlo se reflexiona sobre la familia como ámbito de integración del ser humano, observando cómo se desarrolla la atención a cada individualidad desde el referente que supone la predilección de Jesús por los débiles y la pedagogía que él utilizaba. Para ello no falta la reseña a elementos como la libertad, el respeto, los valores, el perdón y la aceptación, los cuales son presentados como fundamentales en el desarrollo de la vida de la familia y de cada persona concreta. A lo largo de todo el texto se habla constantemente de la importancia de la presencia del amor y se anima a no desfallecer cuando se observa que se está lejos y no se llega a conseguirlo, porque nadie es perfecto, todo es un ámbito de aceptación y la perfección pasa por responder porque sólo el amor hace crecer.