Las páginas de este libro recogen medio siglo de andadura en la búsqueda de la unidad labrada entre laicos y pastores que, con sus luces y sombras, sus logros y decepciones, sus alegrías y esperanzas, nos interpelan y cuestionan nuestra fe como creyentes cristianos en nuestro mundo hoy. Sin duda, el movimiento ecuménico arrancó de hombres y mujeres de una fe profunda arraigada en el Evangelio y en el mismo mandato del Señor: "Que todos sean uno en nosotros, para que el mundo crea" (Jn 17,21). La generación de cristianos actual, ¿será capaz de coger el testigo del camino ecuménico emprendido por estos pioneros? El autor nos urge a dar una respuesta positiva. La lectura de esta obra puede abrir los ojos al creyente para reconocer que la unidad es posible y que esta es el único camino para que el mundo pueda creer en Jesús, el Enviado del Padre.