Estudios sobre mística medieval reúne dos trabajos de M. Heidegger: Los fundamentos filosóficos de la mística medieval (1928-1919) y Agustín y el neoplatonismo (1921). Pertenecientes al final de la primera época heideggeriana en Friburgo y bajo la influencia de la proximidad con E. Husserl, son planteados por Heidegger como una investigación fenomenológica de la conciencia religiosa. La peculiar lectura del Libro X de las Confesiones de San Agustín, en la que se encuentra una interpretación de las formas de la tentación (concupiscencia de la carne, concupiscencia de los ojos y ambición del mundo), se orienta en el sentido de sus posteriores desarrollos existenciales acerca del estado caído del ser-ahí, releyendo el influyente concepto agustiniano de interioridad. Para Heidegger, el cristianismo representa el paradigma histórico más profundo para lo que "sitúa el centro de gravedad de la vida fáctica y del mundo de la vida en el mundo propio y en el mundo de las experiencias interiores".