¡Cuán infinito es el poder de la misericordia de Dios! Y esto es lo que deseo transmitir a través de estas líneas: por muy mal que te encuentres o estés, Dios lo puede todo en ti sí le dejas actuar. A través de estas páginas podrás acercarte a Dios que es Padre y te abraza restaurándote, al Dios Hijo que ilumina en sus llagas tu existencia regándote con su misericordia y al Dios Espíritu Santo que te envuelve con su amor misericordioso. Y quien experimente este amor lo expande en el mundo. Te invito a que, al hacer este viaje al centro de Dios, te abras a su misericordia, y así puedas experimentar el poder basado en el amor. Porque Dios sale al encuentro de cada hombre para curarlo, acógelo, perdonarlo. Se goza en el alma que humildemente reconoce una y otra vez su debilidad, el alma que deposita su confianza en Él. Es entonces cuando podemos experimentar el poder sanador de la misericordia divina.