«Conquistando de más y cuidando de menos. Nuestro sueño científico-técnico ha sido el de la prosperidad material conseguido por el poder-dominación sobre la naturaleza, sobre las riquezas de los pueblos, sobre la mujer y sobre la explotación de la fuerza de trabajo. Esta prosperidad nos trajo satisfacción, pero no más felicidad, pues era más material que espiritual. La auto-afirmación excesiva nos hizo perder la re-ligación con todo y con todos. Olvidamos la trama de las interdependencias y la comunión de todos con la Fuente originaria de todo. Nos colocamos en un pedestal solitario desde donde pretendemos dominar la Tierra y los cielos. Urge hermanarnos con todos los seres. Tenemos que restaurar la re-ligación con el Todo si queremos hacer realidad el viejo sueño de vivir sin miedo y en paz. La paz es la plenitud que resulta de las relaciones adecuadas con todo, consigo mismo y con la naturaleza».