Es la vida de una familia religiosa que tuvo la osadía de proponer a sus miembros el camino de la vida mística y exigirles una ambientación interior y exterior, anímica y espiritual, para conseguirlo: soledad, silencio y vida ascética rigurosa, fraternal y de servicio. Eso es lo que advirtieron los censores de sus escritos y los mismos lectores . El Carmen descalzo adquirió una merecida fama de ser una institución de orantes y místicos, pero también de apóstoles y misioneros, de contemplativos y maestros del espíritu.