Entre el 11 y el 12 de mayo de 1931, durante la llamada quema de iglesias y conventos numerosas imágenes titulares de las hermandades de Málaga fueron destruidas. Las fraternidades también perdieron gran parte de su patrimonio. Otro tanto ocurrió en julio de 1936. Tras estos acontecimientos parecía que la celebración de la Semana Santa de Málaga había llegado a su fin. Sin embargo, entre 1931 y 1939 se sucedieron diferentes iniciativas y apoyos que propiciaron que después de la destrucción se alcanzase la reconstrucción y que las cofradías volviesen a realizar sus actos de culto externo. En «La quema de conventos en Málaga, mayo de 1931», y «La destrucción del patrimonio del eclesiástico en la Guerra Civil Málaga y su provincia», publicados tam bién en la editorial Arguval, el autor de esta obra analizó todo el proceso que conllevó la desaparición del patrimonio eclesiástico y cofrade ocurrido en la ciudad y en la provincia de Málaga en 1931 y en 1936. El presente libro cierra el círculo que abrieron los anteriores. Ahora se examina no sólo lo que se destruyó y las causas por las que ocurrió, sino también, cómo se alcanzaron los objetivos de recuperar el patrimonio y de procesionar de nuevo a las imágenes sacras.