Cuando llegan las dificultades, cada persona busca un apoyo para seguir creyendo en un futuro lleno de luz y de esperanza. En esta búsqueda seguimos a Jesús, que renueva su pasión por nuestra humanidad y nos dejamos acompañar por María, su Madre y la nuestra. Ella «conoce bien todas las etapas y también las sendas secretas por las que llegamos al esplendor de la luz, al gozo de la resurrección». En estas dos propuestas de Vía Crucis, parroquias, comunidades, familias e individuos, podrán encontrar una buena ayuda para recuperar la esperanza, para conseguir descubrir, además del mal, también «el inmenso bien del que son todavía y siempre capaces el hombre y la mujer redimidos».