Una magnífica recreación literaria de la figura del apóstol. La autora se adentra con una narrativa ágil y rigurosa con los hechos históricos, en la conversión de Simón en Pedro. Describe la transformación de un adolescente impulsivo, curioso y con muchos defectos, pero dotado de afán de liderazgo y de un gran corazón. PR: ¿Por qué decidiste introducirte en el mundo literario contando la vida de este personaje religioso? RMMS: Una vez más la culpa es de mi profesor. Yo soy teóloga y me apasionan los temas exegéticos. Él insistía en que debía aprovechar mis conocimientos para compartirlos. Me decía que los transmitía bien y que lejos de dar largas y aburridas explicaciones despertaba el interés del lector. Yo estudié teología con la intención de enseñar nuestras raíces occidentales, que hoy en día parece que queremos olvidar. No quería adoctrinar pero sí mostrar nuestros valores y qué mejor manera que remontarme a nuestros orígenes a través de un personaje humano y bastante normal.