¿Cómo puede entenderse la empresa desde una perspectiva teológica? ¿Qué sentido humano -y por tanto cristiano- tiene la producción y prestación de bienes y servicios? ¿Cómo enfocar la tarea empresarial para hacer de ella un ámbito de excelencia humana, de relaciones que contribuyan tanto al crecimiento de las personas que se dedican a esta noble tarea como al bien común de la sociedad? ¿Qué aspectos éticos convendría destacar hoy? ¿Qué decir de las empresas financieras? Estas páginas pretenden responder a estas preguntas y abrir un horizonte más amplio para la actividad empresarial. Desde las luces que aporta la Doctrina Social de la Iglesia e ilustrando las ideas con ejemplos de iniciativas empresariales, el autor sugiere una visión novedosa: la empresa como mediación de servicio a las personas y a la sociedad. La clave es siempre el servicio.