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MUJERES IGNACIANAS.
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Ignacio de Loyola, después de algunas experiencias con resultado negativo, decidió no admitir mujeres en la Compañía de Jesús y dispuso que los jesuitas no... Seguir leyendo
Ignacio de Loyola, después de algunas experiencias con resultado negativo, decidió no admitir mujeres en la Compañía de Jesús y dispuso que los jesuitas no se dedicaran a cuidar establemente de monasterios o comunidades de monjas, y menos aún a gobernarlas. A pesar de ello, hoy pasan de 250 los institutos religiosos femeninos de vida apostólica en el mundo que se inspiran en la espiritualidad ignaciana y cuyo nacimiento fue promovido o acompañado por algún jesuita. ¿Cómo explicar este extraño fenómeno? En una primera aproximación a él, este libro presenta las semblanzas de diez Mujeres Ignacianas, fundadoras de sus respectivos institutos religiosos, como muestra de la fuerza inspiradora del carisma ignaciano más allá del ámbito jesuítico y del género masculino y de su capacidad de reproducir modelos también en el mundo femenino de seguimiento asociado de Jesús, colaborando al cumplimiento de su misión, al modo de los apóstoles y de las mujeres que iban con Él y los atendían con sus bienes (Lc 8,2). Cada semblanza cuenta una historia personal y presenta un proyecto fundacional de algunos de estos grupos, desde los más antiguos a otros más próximos a nuestros días.