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El grito de Jesús en la cruz «Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?» ha suscitado siempre un vivo interés en el pensamiento cristiano y entre los estudiosos.
Gérard Rossé, nuestro autor, afronta el estudio sobre este grito de abandono leyéndolo en un contexto histórico amplio, que incluye lo que Pablo llama «el escándalo de la cruz», el mismo escándalo que hace de telón de fondo a la redacción del relato primitivo de la pasión que recoge Marcos en la composición de su Evangelio. Solamente en un contexto histórico similar podía formarse un relato de la pasión que tiene su momento fuerte en aquel grito del abandono, tomado del salmo 22, que no conoce otro igual entre los salmos de lamentación.
La muerte de Jesús no es un trágico evento aislado de la historia de la humanidad: en el Crucificado que muere en la soledad y en la incomprensión total acontece el parto de la nueva creación; en el silencio de Dios se realiza aquella paternidad escatológica que genera al creyente como hijo de Dios.